La Contaminación radiactiva puede definirse como un aumento de la radiacion natural por la utilizacion por el hombre de sustancias radiactivas naturales o producidas artificialmente.
Con el descubrimiento de la energia nuclear y en especia desde la invencion de la bomba atomica se han esparcido por la tierra numerosos productos residuales de las pruebas nucleares.
En los últimos años la descarga en la atmósfera de materias radiactivas ha aumentado considerablemente, constituyendo un peligro para la salud publica.
II.b.- Fuentes de contaminación radiactiva
Dos son las principales fuentes responsables de las contaminaciones por sustancias radiactivas:
a) Pruebas nucleares: las mas peligrosas son las que tienen lugar en la atmósfera. La fuerza de la explosión y el gran aumento de temperaturas que las acompaña convierten a la sustancias radiactivas en gases y productos sólidos que son proyectados a gran altura en la atmósfera y luego arrastrados por el viento.
La distancia que recorren las partículas radiactivas así liberadas dependen de la altura a la que han sido proyectadas y de su tamaño. Pero las partículas mas finas pueden dar varias veces la vuelta a la tierra antes de caer en un determinado punto del globo.
Una vez depositadas en el suelo, las partículas radiactivas pueden ser arrastradas por la lluvia aumentando la radiactividad natural del agua.
b) Manipulación de sustancias radiactivas
La refrigeración de los reactores se utilizan grandes cantidades de agua que luego es nuevamente vertida al río trasportando productos peligrosos.
La eliminación de los productos radiactivos provenientes de las fabricas atómicas plantea en a actualidad graves problemas. Una de las soluciones adoptadas y que ha ocasionado una gran controversia es su eliminación mediante recipientes herméticos e invulnerables a las radiaciones, que son sumergidos en las grandes profundidades de las fosas oceánicas.
II.c.- Sustancias radiactivas y condiciones ecológicas de la contaminación
Los productos radiactivos liberados en las explosiones nucleares comprenden restos del explosivo no consumido (Uranio- 235 y plutonio-239), los productos de fisión derivados del explosivo (Estroncio-90, Cesio-137, yodo-131, etc) y los productos de activación formados por bombardeo con neutrones de los elementos contenidos en el suelo o en el agua ( Calcio-45, Sodio-24). Las sustancias radiactivas contaminantes que permanecen al cabo de cierto tiempo son el estroncio-90 y el cesio-137.
El destino de las impurezas radiactivas contenidas en la atmósfera tras una explosión nuclear depende, además de los factores intrínsecos a la explosión y de los factores meteorológicos, de las condiciones ecológicas. A menos que ocurra un accidente o en caso de guerra nuclear, el hombre esta relativamente protegido de una contaminación radiactiva directa, es decir la producida por la inhalación del aire contaminado por cuerpos radiactivos. En realidad, el principal peligro actual proviene del alto grado de concentración biológica de las sustancias radiactivas a lo largo de las cadenas alimentarias. De este modo se produce una contaminación radiactiva indirecta que se inicia con el deposito en suelo y en el agua de los agentes contaminantes radiactivos caídos de la atmósfera. En los animales y vegetales que extraen su alimento del suelo y del agua se concentran dichos cuerpos, transmitiéndolos a sus depredadores en proporciones peligrosas. En medio marino se aprecia con claridad dicho fenómeno. Las algas llegan a tener con frecuencia una radiactividad especifica mil veces superior a las del agua que las rodea, y en el plancton dicho factor de concentración puede llegar a ser de 5000. los animales acuáticos que se alimentan de tales organismos pueden alcanzar concentraciones aun mas elevadas. En los vegetales la radiactividad se concentra en las hojas y en los tallos mas que en las semillas. Es un factor que perjudica a los animales herbívoros. En el hombre eslabón final de la cadena alimentaria, la contaminación indirecta se produce a través del tubo digestivo tras la toma de alimentos vegetales o alimentos contaminados. La leche, por ejemplo, es uno de los principales vehículos de contaminación indirecta en algunos países. Ello explica que los huesos de los niños, cuyo alimento principal lo constituye la leche, contengan mas estroncio-90 que los de los adultos.
II.d.- Efectos de la contaminación radiactiva
Se ha calculado que la población mundial esta expuesta a una radiacion natural ambiente comprendida entre 100 y 150 mrem al año ( el mrem es la unidad de radiacion que produce los mismo efectos biológicos que un roentgen de rayos X). Según los especialistas, el hombre puede llegar a soportar sin peligro aparente hasta 1000 mrem. El limite superior de 0,5 mrem por individuo y por año es el impuesto por la Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones ( CIPR).
Por encima de estas dosis máximas de radiacion existen para el hombre riesgos somáticos, como el acortamiento de la vida y la inducción a la leucemia. Las partes mas sensibles del organismo son: la piel, los ojos, ciertos tejidos y las glándulas genitales; ello pudo ser tristemente comprobado tras la explosión de la bomba atomica en Hiroshima.
Hay que señalar a si mismo los efectos genéticos de la radiactividad, que amenazan a las poblaciones vegetales, animales e incluso humanos. Ciertas anomalías en algunas aves zancudas de las regiones árticas han sido explicadas por algunos especialistas como consecuencia de la contaminación radiactiva. Hoy por hoy, sin embargo, el peligro de este tipo de contaminación parece ser mas potencial que real, existiendo un control muy estricto a nivel internacional para vigilar el aumento de radiactividad en la biosfera. La Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones publica periódicamente recomendaciones relativas a las dosis máximas permisibles de radiación y la organización mundial de la salud trabaja a si mismo en la vigilancia, lucha y protección contra la contaminación radiactiva.
II.d.1.- Lluvia radiactiva
MecanismoEl material del que se compone la lluvia radiactiva se produce por fisión nuclear y por la activación del suelo, el aire, el agua y otros materiales en las inmediaciones del lugar de la detonación. Las partículas radiactivas individuales son invisibles, y tan ligeras que podrían dar vueltas una y otra vez en torno al planeta sin llegar a descender a la superficie. No obstante, esta situación sólo se daría si una bomba nuclear fuera detonada a una distancia considerable de la atmósfera. Cuando un arma nuclear es detonada cerca de la superficie terrestre, la violencia de la explosión pulveriza ingentes cantidades de material, que en buena parte es absorbido hacia la bola de fuego y por tanto hacia la masa caliente que se eleva formando la característica nube en forma de hongo. En el interior de la bola de fuego y en el tallo de la nube de la bomba, las partículas radiactivas se adhieren a partículas más pesadas, que actúan como lastre. Las partículas de materia de mayor masa caen de vuelta a la Tierra en cuestión de minutos, formando una lluvia radiactiva muy localizada. Las partículas de masa menor, pero fácilmente visibles, arrastradas por el viento, caen a la superficie terrestre al cabo de varias horas, y reciben el nombre de lluvia radiactiva local. La naturaleza y extensión de ésta dependen del tipo y potencia de la explosión, de la altitud de la detonación y de la velocidad y dirección del viento. Las partículas microscópicas permanecen suspendidas durante períodos más largos. Si la explosión es de escasa potencia o de potencia media, la nube de la bomba puede no alcanzar la tropopausa, es decir, la capa atmosférica situada entre la troposfera y la estratósfera.
En casos así, se produce la llamada lluvia radiactiva troposférica, y los fragmentos de la bomba se desplazan en torno a la Tierra siguiendo la latitud donde se produjo la detonación, cayendo a la superficie cuando la lluvia y otras formas de precipitación arrastran la materia extraña de la atmósfera.
Si la potencia de la explosión es suficiente como para introducir residuos de la bomba en la estratosfera, muchas de las partículas pequeñas permanecen en ella, y quedan sometidas a la acción de los vientos estratosféricos. La lluvia producida en este caso recibe el nombre de lluvia atómica estratosférica o global. Dado que en la estratosfera no existen precipitaciones, estas partículas permanecen en suspensión durante considerables periodos. Se dispersan horizontalmente, por lo que algunas partículas, tras haber dado varias vueltas al planeta, acaban distribuidas por toda la estratosfera. La mezcla vertical, sobre todo en las regiones polares en invierno y a comienzos de la primavera, devuelve el material a la troposfera, donde se comporta como la lluvia radiactiva troposférica.
IV.a.- Efectos genéticos de la lluvia radiactiva
A la hora de evaluar los efectos a largo plazo de la lluvia radiactiva, es esencial considerar los efectos genéticos de la radiación. La radiación puede producir mutaciones, es decir, cambios genéticos en las células reproductoras que transmiten las características heredadas de una generación a la siguiente.
Casi todas las mutaciones inducidas por las radiaciones son dañinas, y sus efectos nocivos persisten en sucesivas generaciones.
Riesgos Potenciales
La evaluación de los riesgos potenciales de la radiación procedente de la lluvia radiactiva implica en gran medida las mismas consideraciones que otros riesgos que afectan a grandes poblaciones. Estas evaluaciones son complejas y están relacionadas con posibles beneficios y otros riesgos. En el caso de la lluvia radiactiva, el riego potencial es global e implica múltiples incertidumbres relacionadas con las dosis de irradiación y sus efectos; la cambiante situación internacional debe ser evaluada continuamente.
El riesgo que representaría la lluvia radiactiva en una guerra nuclear sería mucho más serio que en una prueba nuclear. Habría que considerar los efectos letales inmediatos, así como los efectos a largo plazo. Los estudios de este tipo han llevado a la construcción de refugios nucleares como parte de los planes de defensa civil. Se están desarrollando sistemas para descontaminar el agua, el suelo y los alimentos con el fin de combatir los posibles efectos de la lluvia radiactiva durante y después de un ataque nuclear. Muchas investigaciones independientes, no obstante, sugieren que incluso aunque algunos seres humanos sobrevivieran a una guerra nuclear a gran escala y al probable invierno nuclear, la contaminación del medio ambiente haría prácticamente imposible para los supervivientes escapar a los efectos de la radiación, ya fuera por exposición directa o indirecta a ella. La esterilidad podría ser uno de los problemas que surgieran como consecuencia de esa exposición.
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