En esta ocasión Comunicash dedica su edición a hablar sobre la discriminación. Así que esta semana mi artículo se enfocará en la discriminación en el empleo, específicamente la discriminación en el empleo por la edad, que según estudios, se da en ambos extremos, es decir la gente es discriminada en los empleos ya se por no tener suficiente edad o por tener demasiada.
La discriminación en el empleo normalmente se da cuando un empleado es tratado en forma diferente y arbitraria intencionalmente debido a su raza, color, religión, nacionalidad de origen, género, orientación sexual o edad por el dueño de una empresa, el encargado de contrataciones o su jefe directo, ya sea en las fases de contratación, disciplina, desempeño en los deberes del trabajo o despidos.
En el caso específico de la discriminación por edad, consiste, como lo mencionaba al principio de este artículo, en poner trabas en la contratación de empleados ya sean muy jóvenes o muy maduros, o que en el desempeño de su trabajo el trato y condiciones sean distintas. Es erróneo pensar que un adulto mayor de 40 años, por ejemplo, no tenga la capacidad de desempeñar un trabajo de la misma manera que uno de 30, por el contrario, estas personas tienen mayor madurez y experiencia laboral, para desempeñar un trabajo de la mejor manera. Considero que pensar que la contratación de una persona adulta es un error, es ver a estos como animales, quienes deben ser jóvenes, fuertes, de buena apariencia, para que hagan un buen trabajo o den productos mejores, ERROR SEÑORES, hablamos de seres humanos en edad adulta, maduros, con ganas de trabajar para mantener a una familia, tal vez para mantener a hijos en la universidad. Es triste ver que algunos padres de familia mayores de 50 años, no pueden ver como posibilidad buscar empleos cualquier empresa, por el simple motivo de que “a ellos ya no los contratan”.
En el extremo contrario, tenemos a los muy jóvenes, aquellos que al mismo tiempo que estudian una carrera buscan un trabajo relacionado con esta, o los recién egresados de las universidades. En contraste con los maduros, el “problema” con los jóvenes es la “falta de experiencia laboral”. Y la pregunta lógica para ti apreciable joven lector que te encuentras en una situación similar a esta es, “y si no me das trabajo ¿Cómo, cuándo y dónde voy a adquirir experiencia?”. Las empresas no se arriesgan a poner en manos de los jóvenes las vacantes en sus empresas, siendo que estos al ser recién egresados, tienen los conocimientos de las técnicas más actuales y de vanguardia, las cuales podrían ser de gran provecho en sus empresas, prefieren ponerse en manos de aquellos que tienen experiencia (claro, no demasiada), y así el joven recién egresado, se convierte en uno más en las estadísticas de desempleo en México, o en un empleado de banco o cajero de super mercado.
La Ley en México ha prohibido estas prácticas, desde la misma Constitución Política de nuestro país, en el artículo primero que establece: "...Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad ... que atente contra la dignidad humana y tenga por objeta anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas"; inclusive, hasta la promulgación en el mes de junio del año dos mil tres de una "Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación", que reglamente el referido artículo constitucional y la garantía constitucional ahí contenida.
Por lo tanto, aprovecho este medio para exhortar a aquellos quienes tienen en sus manos la contratación de personal en las empresas, piensen en dar oportunidades a quienes las merecen, ya sea por su experiencia a lo largo de los años, o por las innovaciones y mejoras que puedan llevar a sus empresas.
¡AVANZEMOS HACIA UN MEXICO MÁS EQUITATIVO, ANIMO SEÑORES!
Fuente: http://www.cnnexpansion.com/opinion/2011/02/02/dercho-a-tener-de-35-anos-de-edad
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