jueves, 22 de septiembre de 2011

LA INDUSTRIA TABACALERA:

El tabaco se cultiva comercialmente en más de 120 países en los cinco continentes y en la mayoría de los climas excepto en los más fríos. Este cultivo se adapta a una gran diversidad de suelos y condiciones climáticas y por lo mismo puede desarrollarse en suelos con baja fertilidad.
La industria tabacalera mexicana incluye tres actividades económicas: el beneficio del tabaco, que comprende

actividades como secado, fermentación y añejamiento de las hojas; la producción manufacturera de cigarros; y la de puros, que se clasifican como actividades distintas. De esas tres actividades, la fabricación de cigarros es la que mayor porcentaje aporta al Producto Interno Bruto (PIB) de esta industria con alrededor del 90 por ciento del valor agregado.

Tanto en el mercado mundial como en el nacional, la industria tabacalera se caracteriza por su alto nivel de concentración en pocas empresas, y por lo mismo, de capitales.

La demanda de tabaco en México se concentra principalmente en los cigarrillos. El consumo de éstos se basa en cuatro variables: la estructura de edad de la población, el ingreso económico del consumidor, el precio y la adicción a la nicotina.
Se estima que la población de fumadores activos en zonas urbanas del país es mayor a los 13 millones de personas, equivalente a un 27.7 por ciento de la población entre 12 y 65 años.

El mayor mercado potencial se ubica en la población de 18 a 29 años, que es el grupo de edad con mayor prevalencia al tabaquismo.
Una característica de la demanda de cigarrillos es que es inelástica, esto es que un cambio porcentual en el precio provoca un cambio porcentual menor en la cantidad demandada, es decir, un incremento en el precio no afecta de manera directa a la demanda.

Otra característica es la segmentación del mercado. Cada empresa cuenta con la existencia de diversas marcas de cigarrillos dirigidos a distintos estratos de ingreso del consumidor, clasificados de manera genérica como segmentos de mercado alto, medio y bajo. En consecuencia, una probable respuesta del consumidor ante un aumento de precios es elegir una marca de menor precio, es decir, un bien sustituto, el cual puede ser de la misma empresa o de la competencia, por lo que el consumidor puede ajustar su gasto de consumo de cigarrillos en caso de incrementos de precio y las empresas en conjunto reducen las posibilidades de perder consumidores

“El aumento del componente específico del impuesto al consumo a 20 pesos por cajetilla de cigarrillos incrementaría el impuesto total, con IVA incluido, a 75% del precio de venta al público, prevendría casi 1 millón de muertes y generaría ingresos fiscales de más de 41,000 millones de pesos en 2013”.
Si el impuesto específico IEPS de 2 pesos por cajetilla se implementara de inmediato y se ajustara por la inflación... los ingresos fiscales reales por el impuesto al consumo IEPS ascenderían a 28,900 millones de pesos para 2013, un 13.5% más que los niveles de 2009.







fuente: http://www.cefp.gob.mx/intr/edocumentos/pdf/cefp/cefp0382002.pdf

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